Heloderma horridum

Heloderma horridum Wiegmann‎, ‎1829 ssp. exasperatum Bogert et Martin del Campo, 1956

16-Agosto-2013.
Cautividad. Europa, República Checa, Praga, Dubeč, Terarium Praha.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Sauropsida.
Orden: Squamata.
Suborden: Sauria.
Familia: Helodermatidae.
Género: Heloderma.
Especie: Heloderma horridum.

El lagarto de abalorios es, junto con el muy emparentado monstruo de Gila (H. suspectum), una de las dos especies muy similares de lagartos muy peculiares, vagamente emparentados con los monitores, y hasta hace poco se pensaba que eran los únicos en el mundo provistos de glándulas venenosas. Puede medir hasta noventa centímetros de longitud y pesar hasta cuatro kilos, siendo el doble de grande que el monstruo de Gila. Presenta una forma rechoncha, robusta y pesada, con patas relativamente cortas provistas de uñas curvadas grandes y fuertes, una cabeza maciza y roma, y una cola gruesa y relativamente corta. Su piel es de un negro apagado con pequeñas manchitas aisladas de color amarillento o anaranjado, el negro siempre domina fuertemente sobre el amarillo, a diferencia del monstruo de Gila que es más amarillo que negro. En la cola, las manchitas amarillas se transforman en anillos dobles amarillos, muy separados entre sí. En ocasiones aparecen ejemplares completamente negros. La piel está formada por escamas semiesféricas granulares, no superpuestas, que se hacen especialmente grandes y notables en los laterales de la cabeza, dándole su nombre común (por el parecido de las abultadas escamas con abalorios) y el nombre del género (Heloderma significa piel de cabezas de clavo o remaches). Dentro de cada escama hay una pequeña placa de hueso (osteodermo). La lengua bífida, de color rosa, se asemeja a la de los varanos y las serpientes, y la usa para olfatear de un modo idéntico. Las glándulas venenosas se ubican en la mandíbula inferior pero el veneno sale por los dientes de la mandíbula superior. Su dimorfismo sexual es muy poco aparente, aunque los machos tienden a ser ligeramente más grandes que las hembras y tienen la cabeza un poco más ancha en proporción al cuerpo.

Este reptil se distribuye ampliamente por la mayor parte de México y también penetra un poco por el sur de Estados Unidos y en Guatemala, dividiéndose en cuatro subespecies. Se encuentra desde el nivel del mar hasta los mil quinientos treinta metros de altitud, principalmente en bosques tropicales caducifolios, pero también en matorrales espinosos y bosques de pino-encino, evitando siempre los entornos perturbados. Permanece activo de abril a noviembre. Pasa casi todo su tiempo oculto en una madriguera, ya sea excavada por él mismo o aprovechando una abandonada por otro animal, y sólo durante una hora al día sale para buscar alimento. Se alimenta de cualquier animal de tamaño adecuado: roedores, aves terrestres, lagartos, ranas y grandes insectos, pero su dieta favorita son los huevos de reptiles y de aves que anidan en el suelo, como los de la codorniz de California. Para defenderse recurre a su mordisco venenoso, muy doloroso debido a que el animal se aferra tenazmente a la vez que hace movimientos para inocular todo el veneno que pueda, sin embargo, antes de morder lanza un silbido de advertencia para evitar el enfrentamiento. La época reproductiva tiene lugar en febrero y marzo, y los machos se enzarzan en furiosas peleas por el derecho a la supremacía y la cópula. Ésta suele durar hasta una hora. La mordedura es potencialmente letal para el ser humano, pero los casos de muerte por mordedura de estos lagartos son extraordinariamente raros. La hembra entierra en el suelo, a unos doce centímetros de profundidad, entre dos y treinta huevos alargados unos dos meses después de la cópula, abandonando su puesta de inmediato. Los huevos eclosionan al cabo de cuatro o cinco meses. Al nacer, las crías ya están provistas de veneno, y alcanzan la madurez sexual a los dos y medio o tres años de nacer. Puede vivir al menos hasta treinta años. Su veneno tiene diversas aplicaciones medicinales.

Míticas las especies de Heloderma, sobretodo por el hecho de ser uno de los poquísimos reptiles venenosos. Me parece que en alguna ocasión los he visto en algún zoo.