Agave attenuata

Agave attenuata Salm-Dyck, 1834

27-Febrero-2008.
Cautividad. Europa, España, Aragón, Zaragoza, cultivada en mi terraza. Planta obtenida en 2003 de un esqueje procedente de un jardín público de Tenerife.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.

Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae
Filum: Spermatophyta.
Clase: Liliopsida.
Orden: Asparagales.
Familia: Asparagaceae.
Subfamilia: Agavoideae.
Género: Agave.
Especie: Agave attenuata.

Ésta especie de Agave es una de las más características e inconfundibles que existen, por sus hojas de hasta setenta centímetros de longitud y dieciséis de anchura, de color verde pálido (a menudo con una pruina grisácea), blandas y finas, muy puntiagudas, totalmente carentes de espinas en los bordes. Estas hojas forman una roseta al final de largos tallos de hasta un metro y medio de longitud, que van quedando desnudos conforme se marchitan y caen las hojas inferiores: una característica exclusiva de esta especie, ya que las demás Agave no forman tallo. Su inflorescencia es una largo y denso racimo de hasta tres metros de altura, que nace erecto pero se vuelve péndulo hacia su parte media y que está compuesto de una miríada de pequeñas flores amarillo verdosas. Florece en primavera o verano, y tras florecer, la planta muere, aunque nuevas rosetas emergen en la base para sucederla. Generalmente, las flores no forman frutos ya que el ovario, aun estando fecundado, cae prematuramente: en su lugar recurre a la propagación vegetativa mediante las plántulas que emergen en el lugar de rotura del futuro fruto.

Durante mucho tiempo, esta planta, aunque común en cultivo, se desconocía en estado silvestre: el primer ejemplar fue enviado a Kew Gardens por el explorador Galeotti en 1834, sin localidad de recolección. Tan solo recientemente se han hallado por fin las colonias salvajes de esta planta: situadas en Jalisco, al este de México, a gran altitud, formando colonias muy escasas con muy pocos ejemplares.