Copiopteryx semiramis

Copiopteryx semiramis (Cramer, 1775)

22-Julio-2017.
Cautividad. Europa, España, Madrid, Faunia, en la exposición permanente "Microfauna" realizada por Pedro Velasco.
Leg: Isidro Martínez. Det: Pedro Velasco.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Lepidoptera.
Suborden: Glossata.
Superfamilia: Bombycoidea.
Familia: Saturniidae.
Subfamilia: Arsenurinae.
Género: Copiopteryx.
Especie: Copiopteryx semiramis.

Ésta es la especie tipo de las diecisiete que componen el género Copiopteryx. Posee una envergadura alar de entre nueve y once y medio centímetros. Sus alas anteriores presentan la forma truncada en el ápice típica de todas las especies de su género, y las alas posteriores se prolongan, como en las demás especies, en larguísimas colas (las más largas de todo el género), que son más largas, estrechas y rectas en el macho que en la hembra. Ambos pares de alas presentan una coloración en diversos tonos de pardo que le hacen parecer un grupo de hojas secas, a lo cual ayuda la forma recortada de sus alas. Al nacer, la oruga es amarilla con bandas dorsales negras y protuberancias rígidas negras, pero conforme crece se vuelve verde y pierde las protuberancias.

Es la especie de más amplia distribución del género, repartiéndose por casi toda Sudamérica tropical. Habita principalmente en las selvas de montaña. Los imagos son de actividad nocturna y acuden a la luz artificial. Suelen aparcer en dos generaciones anuales, la primera en junio y julio y la segunda en octubre y noviembre. Al posarse, permanecen con las alas muy abiertas, y las colas bien separadas, pero en vuelo, las dos colas se mantienen casi unidas. Los huevos, translúcidos, eclosionan al cabo de dos semanas. Sus orugas se alimentan únicamente de las hojas de plantas de la familia Sapotaceae, como Acanthosyris, Manilkara y Pouteria spp. Las orugas jóvenes se alimentan de las puntas de las hojas, sujetándose a los nervios del envés. Conforme crecen, se alimentan de toda la hoja. La oruga madura se transforma en crisálida poco antes del amanecer, en una cámara subterránea. Dependiendo de las horas de luz del día de la pupación, el imago emergerá desde seis semanas hasta muchos meses después.