Apistogramma macmasteri

Apistogramma macmasteri Kullander, 1979

6-Agosto-2017.
Cautividad. Europa, Alemania, Renania del Norte-Westfalia, Colonia, Zoo de Colonia.
Coordenadas: 50°57′30″N, 06°58′24″E.
Leg: Isidro Martínez. Det: Zoo de Colonia.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Osteichthyes.
Orden: Perciformes.
Suborden: Labroidei.
Familia: Cichlidae.
Subfamilia: Geophaginae.
Género: Apistogramma.
Especie: Apistogramma macmasteri.

El villavicencio es un pez alargado y lateralmente comprimido, que puede alcanzar hasta ocho centímetros de longitud, siendo las hembras más pequeñas que los machos, con hasta seis centímetros de longitud. Su coloración de fondo es plateada con reflejos azules y rojos, más concentrados debajo del ojo. Una banda horizontal negra va desde la boca hasta la aleta caudal, atravesando el ojo. Esta banda puede ser discontinua o poco marcada. Las hembras son levemente amarillentas, y durante la época reproductiva adquieren una coloración de fondo intensamente amarilla. En la aleta dorsal, los primeros cinco radios aumentan progresivamente de longitud, y a partir del quinto radio todos los radios son de longitud similar. La punta de las aletas dorsal y anal se prolonga en una punta aguda que en los machos puede ser muy larga y superar a la aleta caudal. La aleta caudal es redondeada, de color rojo, especialmente intenso en los bordes, y en su base posee un ocelo negro.

Es endémico de una pequeña zona de la cuenca del Orinoco, en los ríos Ocoa y Guatiquia (afluentes del Meta) en las cercanías de la ciudad colombiana de Villavicencio. Se trata por tanto de una de las especies con un área de distribución más pequeña del género. Habita en aguas someras, claras y tranquilas con abundante vegetación sumergida, y no se aleja demasiado de la superficie. Es un pez pacífico y tranquilo, salvo durante la época reproductiva en la cual se vuelve territorial incluso contra peces de otras especies. El macho es polígamo. Los entre sesenta y ciento veinte huevos adhesivos son colocados en las paredes de cuevas y otros refugios similares, y el nido queda vigilado por ambos progenitores, encargándose el macho de expulsar a los intrusos y la hembra de atender la puesta. Los huevos tardan dos días en eclosionar, y los alevines pasan una semana más alimentándose de su saco vitelino, tras lo cual ya pueden comenzar a nadar.