Gluvia dorsalis
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Gluvia dorsalis
Gluvia dorsalis (Latreille, 1817) Simon, 1879
23-Junio-2007.
España, Aragón, Zaragoza, Peñaflor de Gállego, en un camino soleado.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.
Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Arachnida.
Orden: Solifugae.
Familia: Daesiidae.
Subfamilia: Gluviinae.
Género: Gluvia.
Especie: Gluvia dorsalis.
Los solífugos o arañas-camello son un curioso orden de arácnidos de aspecto muy semejante unos a otros. Esta es probablemente la única especie del género Gluvia, aunque podría existir otra especie endémica de las islas Cabo Verde cuya validez es dudosa y que sólo se ha hallado una vez en la historia. Gluvia dorsalis mide unos tres centímetros de longitud corporal, siendo las hembras más grandes que los machos. La coloración es variable entre los ejemplares y también según las diferentes fases de crecimiento. Del cefalotórax nacen dos grandes quelíceros cónicos, convergentes, de color pardo oscureciéndose en la punta, que poseen cada uno un dedo fijo provisto de tres dientecillos en la punta, y debajo un dedo móvil con otros tres dientecillos. Los quelíceros de la hembra son más arqueados y robustos que los del macho. El cefalotórax tiene el mismo color parduzco que los quelíceros, salvo por una zona romboidal levemente más clara en el centro. Posee solo dos ojos, negros y redondos, separados por una distancia igual a su diámetro. El abdomen u opistosoma es de color castaño oscuro (generalmente más oscuro que el cefalotórax), con una serie longitudinal de manchas transversales más oscuras. Las patas y los pedipalpos suelen ser de color pardo rojizo, las puntas de los pedipalpos a menudo son más oscuras. Los pedipalpos son notablemente largos y gruesos, provistos de abundantes espinas, el primer par de patas es muy fino y corto y los restantes pares de patas van aumentando progresivamente su grosor y longitud de modo que las más posteriores son las más gruesas (tanto como los pedipalpos) y largas. Los ejemplares juveniles son completamente de color amarillento uniforme, sin manchas, aunque por su aspecto son idénticos a los adultos.
Esta especie es endémica de la Península Ibérica, donde se halla muy ampliamente repartida, y durante mucho tiempo se creyó que era la única especie de solífugo de Europa, hasta que recientemente se descubrieron algunas especies nuevas. Habita en terrenos cálidos, secos y soleados, donde resulta relativamente común en algunas zonas, desde el nivel del mar hasta los mil cuatrocientos metros de altitud, exclusivamente en áreas con veranos cálidos, independientemente de la dureza de los inviernos. Es de actividad nocturna, y durante el día suele permanecer refugiado bajo alguna piedra, si bien a veces se ven activos a pleno sol. Permanece activo de marzo a septiembre mientras que en los meses fríos inverna. Corre a gran velocidad. Es un cazador muy voraz, veloz y violento, que puede atacar a presas de su mismo tamaño o incluso mayores. A pesar del gran volumen de sus quelíceros, los solífugos carecen de veneno, y usan simplemente la fuerza bruta para reducir a sus presas. No temen a las presas venenosas como avispas y escorpiones, a las que impiden la defensa manteniéndolas a distancia con sus largos pedipalpos. Una vez tiene la presa asegurada, la impregna externamente con un líquido que disuelve sus tejidos, para así poder digerirla. Es completamente inofensivo para los humanos, aunque debemos evitar cogerlos porque pueden dar mordiscos para defenderse. La cópula de los solífugos es extremadamente violenta, es frecuente que el macho destroze el tejido del abdomen de la hembra con sus quelíceros para insertar su esperma en él, de un modo similar a los chinches de cama o los calamares gigantes. A pesar de ello, la hembra debe permanecer viva para construir un túnel excavando con sus quelíceros, terminado en una cámara de cría más amplia, cuyas paredes afirma golpeándolas con una piedrecita para compactarlas. La hembra se alimenta de forma especialmente voraz antes de poner los huevos, para reunir la energía suficiente. En el momento de la puesta, la hembra permanece tumbada de espaldas en una especie de trance inmóvil, recuperando la movilidad cuando ha terminado la puesta. La hembra permanecerá junto a sus huevos hasta que éstos eclosionen y durante unos pocos días después.
Adulto en Peñaflor:
Cría en Monzalbarba unos meses después:
23-Junio-2007.
España, Aragón, Zaragoza, Peñaflor de Gállego, en un camino soleado.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.
Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Arachnida.
Orden: Solifugae.
Familia: Daesiidae.
Subfamilia: Gluviinae.
Género: Gluvia.
Especie: Gluvia dorsalis.
Los solífugos o arañas-camello son un curioso orden de arácnidos de aspecto muy semejante unos a otros. Esta es probablemente la única especie del género Gluvia, aunque podría existir otra especie endémica de las islas Cabo Verde cuya validez es dudosa y que sólo se ha hallado una vez en la historia. Gluvia dorsalis mide unos tres centímetros de longitud corporal, siendo las hembras más grandes que los machos. La coloración es variable entre los ejemplares y también según las diferentes fases de crecimiento. Del cefalotórax nacen dos grandes quelíceros cónicos, convergentes, de color pardo oscureciéndose en la punta, que poseen cada uno un dedo fijo provisto de tres dientecillos en la punta, y debajo un dedo móvil con otros tres dientecillos. Los quelíceros de la hembra son más arqueados y robustos que los del macho. El cefalotórax tiene el mismo color parduzco que los quelíceros, salvo por una zona romboidal levemente más clara en el centro. Posee solo dos ojos, negros y redondos, separados por una distancia igual a su diámetro. El abdomen u opistosoma es de color castaño oscuro (generalmente más oscuro que el cefalotórax), con una serie longitudinal de manchas transversales más oscuras. Las patas y los pedipalpos suelen ser de color pardo rojizo, las puntas de los pedipalpos a menudo son más oscuras. Los pedipalpos son notablemente largos y gruesos, provistos de abundantes espinas, el primer par de patas es muy fino y corto y los restantes pares de patas van aumentando progresivamente su grosor y longitud de modo que las más posteriores son las más gruesas (tanto como los pedipalpos) y largas. Los ejemplares juveniles son completamente de color amarillento uniforme, sin manchas, aunque por su aspecto son idénticos a los adultos.
Esta especie es endémica de la Península Ibérica, donde se halla muy ampliamente repartida, y durante mucho tiempo se creyó que era la única especie de solífugo de Europa, hasta que recientemente se descubrieron algunas especies nuevas. Habita en terrenos cálidos, secos y soleados, donde resulta relativamente común en algunas zonas, desde el nivel del mar hasta los mil cuatrocientos metros de altitud, exclusivamente en áreas con veranos cálidos, independientemente de la dureza de los inviernos. Es de actividad nocturna, y durante el día suele permanecer refugiado bajo alguna piedra, si bien a veces se ven activos a pleno sol. Permanece activo de marzo a septiembre mientras que en los meses fríos inverna. Corre a gran velocidad. Es un cazador muy voraz, veloz y violento, que puede atacar a presas de su mismo tamaño o incluso mayores. A pesar del gran volumen de sus quelíceros, los solífugos carecen de veneno, y usan simplemente la fuerza bruta para reducir a sus presas. No temen a las presas venenosas como avispas y escorpiones, a las que impiden la defensa manteniéndolas a distancia con sus largos pedipalpos. Una vez tiene la presa asegurada, la impregna externamente con un líquido que disuelve sus tejidos, para así poder digerirla. Es completamente inofensivo para los humanos, aunque debemos evitar cogerlos porque pueden dar mordiscos para defenderse. La cópula de los solífugos es extremadamente violenta, es frecuente que el macho destroze el tejido del abdomen de la hembra con sus quelíceros para insertar su esperma en él, de un modo similar a los chinches de cama o los calamares gigantes. A pesar de ello, la hembra debe permanecer viva para construir un túnel excavando con sus quelíceros, terminado en una cámara de cría más amplia, cuyas paredes afirma golpeándolas con una piedrecita para compactarlas. La hembra se alimenta de forma especialmente voraz antes de poner los huevos, para reunir la energía suficiente. En el momento de la puesta, la hembra permanece tumbada de espaldas en una especie de trance inmóvil, recuperando la movilidad cuando ha terminado la puesta. La hembra permanecerá junto a sus huevos hasta que éstos eclosionen y durante unos pocos días después.
Adulto en Peñaflor:
Cría en Monzalbarba unos meses después:
Isidro- Admin
- Cantidad de envíos : 17122
Fecha de inscripción : 08/01/2011
Re: Gluvia dorsalis
Tengo un ejemplar de solífugo recolectado en Marruecos que pensaba que pertenecía a esta especie, pero si es endémica de la Península Ibérica, entonces debe de ser distinta.
Re: Gluvia dorsalis
Pues hay nada menos que 25 especies de solífugos en Marruecos, algunos de la misma familia que éste, pero ninguno del mismo género. Suerte con la identificación (son realmente dificilísimos de identificar), y espero pronto ver la ficha del tuyo por el foro. Supongo que este listado te puede ser de ayuda
http://museum.wa.gov.au/catalogues-beta/distribution-browser/solifugae/ma
http://museum.wa.gov.au/catalogues-beta/distribution-browser/solifugae/ma
Isidro- Admin
- Cantidad de envíos : 17122
Fecha de inscripción : 08/01/2011
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