Eudicella aethiopica

Eudicella aethiopica Müller, 1941

17-Diciembre-2016.
Cautividad. Europa, España, Madrid, Pueblo Nuevo, Calle Alcalá, Academia Toan, en una colección de uso didáctico.
Leg: Isidro Martínez. Det: Javier Capilla Lasierra.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Coleoptera.
Suborden: Polyphaga.
Superfamilia: Scarabaeoidea.
Familia: Cetoniidae.
Subfamilia: Cetoniinae.
Género: Eudicella.
Especie: Eudicella aethiopica.

Con entre treinta y uno y cuarenta y cinco milímetros de longitud corporal, Eudicella aethiopica es una de las especies más grandes de su género, siendo los machos más grandes que las hembras. Posee dos formas de coloración: la verde y la anaranjada. La forma verde es algo más grande que la anaranjada y posee el pronoto y el escutelo de color verde metalizado con reflejos cobrizos, el abdomen y las patas de color verde metalizado, y los élitros de color castaño. La forma anaranjada, en cambio, posee el pronoto de color naranja amarillento con reflejos verdosos, y los élitros de un color pardo anaranjado, siendo mucho más claros que en la forma verde. En ambas formas de color, a menudo poseen cuatro pequeñas manchas oscuras en los élitros: dos en sendos callos humerales y dos en los ápices de sendos élitros. Los machos poseen en la frente un cuerno bifurcado con forma de T, curvado hacia arriba, del cual carecen las hembras. Este cuerno es muy grande y bien desarrollado si su larva ha tenido una alimentación abundante y espacio suficiente, en caso contrario emergerán machos con el cuerno más pequeño. La larva madura mide seis centímetros de longitud y es de color blanquecino, con una gran mancha marrón en el ráster (extremo posterior del cuerpo).

Como nos indica su nombre, este insecto es nativo de Etiopía. Los imagos acuden a las frutas pasadas o en proceso de descomposición. Las larvas, en cambio, son subterráneas y se alimentan de materia vegetal en descomposición (hojarasca y humus). Si escasea esta comida, tampoco hacen ascos a alimentarse de otras larvas vivas de su misma especie, por lo que no deben mantenerse juntas. Pasa como larva cuatro o cinco meses, tras lo cual se transforma en una crisálida que se encuentra encerrada en un capullo terroso, y que dura dos meses hasta la eclosión del imago. Éste vive de tres a cinco meses. Las hembras fecundadas pondrán sus huevos en el suelo, y éstos eclosionan al cabo de veinticuatro a treinta días desde la puesta.