Eriophyllum nevinii

Eriophyllum nevinii A. Gray, 1886
Sinónimo: Constancea nevinii (A. Gray, 1886) B.G. Baldwin, 1999

15-Julio-2016.
Cautividad. América, Norteamérica, Estados Unidos, California, San Diego, Encinitas, Quail Botanical Gardens.
Leg: Isidro Martínez. Det: Botánico de San Diego.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae.
Filum: Spermatophyta.
Clase: Magnoliopsida.
Orden: Asterales.
Familia: Asteraceae.
Subfamilia: Asteroideae.
Género: Eriophyllum.
Subgénero: Constancea.
Especie: Eriophyllum nevinii.

Un hermoso arbusto de porte redondeado y compacto, de hasta un metro y medio de altura, con tallos lanosos cuando jóvenes y más tarde leñosos, densamente ramificados, provistos de hojas plateadas, ovaladas, finamente divididas (pinnatisectas), de hasta veinticinco centímetros de longitud, con los bordes de los lóbulos a menudo enrollados por el envés. A principios de verano, sus inflorescencias se elevan por encima del follaje, con cabezuelas florales amarillas de forma estrellada agrupadas en número de diez a más de cincuenta en densas cimas umbeliformes aplanadas. Cada cabezuela floral se alza sobre un pedúnculo de hasta cinco milímetros de longitud, las lígulas, entre cuatro y nueve por cada cabezuela, miden hasta tres milímetros de longitud y dos de anchura, y las flores del disco miden hasta cuatro milímetros de longitud. Las inflorescencias persisten en la planta conforme se marchitan las flores y maduran las semillas, volviéndose entonces de un marrón chocolate. El fruto es un aquenio de unos pocos milímetros de longitud, con un pequeño mechón de pelos en un extremo.

Esta especie, bastante rara en estado salvaje, es endémica de las Islas del Canal en California, concretamente en las islas de Santa Catalina, Santa Bárbara y San Clemente, donde habita en zonas de matorral costero, promontorios y paredes de acantilados, desde el nivel del mar hasta los doscientos metros de altitud. Los análisis genéticos indican que esta planta está menos emparentada con otras especies de Eriophyllum que éstas entre sí, por lo que lo adecuado sería colocarla en su propio subgénero, Constancea (que algunos autores elevan a la categoría de género). La planta se consideraba en peligro de extinción a causa de la plaga de cabras introducidas en las islas donde habita, que por fortuna ya han sido eliminadas por lo que la vida nativa de esas islas, incluyendo esta planta, se está recuperando de los estragos que causaban tan dañinos animales. No obstante, todavía se considera como una especie en peligro de extinción, con el grado G2 según la clasificación de NatureServe.