Alectoris barbara

Alectoris barbara (Bonnaterre, 1790)

12-Diciembre-2015.
Cautividad. Europa, España, Aragón, Zaragoza, Plaza Basilio Paraíso, Museo de Ciencias Naturales de Zaragoza.
Leg: Longinos Navás Ferrer. Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Aves.
Orden: Galliformes.
Suborden: Phasiani.
Superfamilia: Phasianoidea.
Familia: Phasianidae.
Subfamilia: Perdicinae.
Género: Alectoris.
Especie: Alectoris barbara.

La perdiz moruna es una gallinácea de entre treinta y tres y treinta y seis centímetros de longitud y unos cincuenta centímetros de envergadura alar, fácil de distinguir de todas las demás especies del género Alectoris por la coloración de su cabeza y cuello. La cara y la garganta son grises, bordeadas por una banda castaño rojiza densamente moteada de pequeños puntos blancos. La parte superior de la cabeza, desde la frente hasta la nuca, es castaño oscura, pero justo por debajo existe una amplia banda supraocular gris pálido. A partir de detrás del ojo parte una banda castaña, no moteada de blanco, que se une al final con la banda moteada del cuello. El resto del plumaje es similar al de las otras perdices de este género, con las partes superiores de un gris azulado (con bordes rojizos en las plumas de la zona escapular), y las partes inferiores de un rojizo cremoso, estando las plumas de los flancos adornadas con llamativas bandas verticales blancas, negras y castaño rojizas. A diferencia de la perdiz roja, que sólo posee una banda negra en cada pluma del flanco, la perdiz moruna posee dos. La cola es de color castaño rojizo, salvo las plumas centrales grisáceas. El pico y las patas son de color rojo coral, y los ojos son castaños, rodeados por un tenue anillo ocular carnoso de color rojo.

Se distribuye ampliamente por el norte de África, desde Marruecos hasta el noroeste de Egipto, habiendo sido introducida desde antiguo en las islas Canarias, en Madeira, en el sur de la Península Ibérica y en Cerdeña. Se divide en cuatro subespecies. Habita en espacios abiertos, desde los desiertos hasta las zonas montañosas, y se adapta bien a las áreas antropizadas tales como los campos de cultivo. Se alimentan sobre todo de semillas y también de otros elementos vegetales como brotes y flores, y los polluelos y juveniles consumen además insectos. Las parejas son monógamas en cada estación, aunque no de por vida, y se forman en la primavera. Su nido es muy rudimentario, apenas una depresión en el suelo forrada con hojas y plumas. En él, la hembra pone entre diez y dieciséis huevos de color cremoso con puntos rojizos, que son incubados durante veinticinco días. Los polluelos abandonan el nido poco después de nacer y siguen a sus padres a todas partes, pudiendo volar a los diez días de vida.