Anoplophora versteegi

Anoplophora versteegi (Ritsema, 1881)
Sinónimo: Pseudonemorphus versteegi (Ritsema, 1881)

4-Agosto-2015.
Cautividad. Europa, España, Aragón, Zaragoza, Ribera Baja del Ebro, Pina de Ebro, en una colección particular. Ejemplar recolectado en Tailandia.
Leg: Javier Blasco Zumeta. Det: Javier Blasco Zumeta (como A. vesteegi).


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Coleoptera.
Suborden: Polyphaga.
Superfamilia: Chrysomeloidea.
Familia: Cerambycidae.
Subfamilia: Lamiinae.
Género: Anoplophora.
Subgénero: Monohammus.
Especie: Anoplophora versteegi.

El longicornio de los cítricos mide entre dieciocho y treinta y tres milímetros de longitud corporal y entre seis y medio y doce milímetros de anchura a la altura del callo humeral de los élitros. Es de color entre gris plomizo y verde amarillento, con numerosos puntos negros dispuestos simétricamente en los élitros. El pronoto posee también un punto negro en el centro y uno más a cada lado. Las antenas de los machos miden hasta diez centímetros de longitud, mientras que las de las hembras sólo miden hasta cinco centímetros. Están formadas por once artejos o segmentos. Cada artejo de las antenas posee la base del mismo color de fondo que los élitros, pronoto y cabeza (gris o verdoso-amarillento dependiendo de los ejemplares), mientras que la punta de los artejos es negra.

Se encuentra desde el nordeste del Himalaya hasta la península de Malasia, y es una especie escasa. Es de actividad completamente diurna, y se alimenta de plantas del género Citrus. Los imagos aparecen de abril a agosto y se alimentan primero de las hojas, y suelen devorar toda la hoja a lo largo del nervio central y dejar intactos los márgenes. Tras unos pocos días, los adultos cambian su alimentación por la corteza y ramillas de entre tres y quince milímetros de diámetro. Durante la cópula y cuando son molestados, producen un sonido chirriante frotando el pronoto contra un órgano similar a una lima situado debajo. Tras la cópula, la hembra provoca una herida de medio centímetro de longitud en un lugar donde la corteza sea lisa y suave, situada a poca altura del suelo. En ella deposita sus huevos, y las larvas nada más nacer se comen la cáscara del huevo, penetrando después en la madera mediante una galería horizontal. Cuando va creciendo y llega a alcanzar el centro de la rama o tronco, hace una galería vertical hasta que alcanza la corteza, inmediatamente por debajo de la cual construye la cámara pupal. La crisálida dura unos cincuenta días y el imago emerge finalmente a través de un agujero creado por sus mandíbulas, para repetir el ciclo de nuevo. Invernan como crisálidas o como larvas maduras, y existe una sola generación al año.