Anchusa azurea

Anchusa azurea Miller, 1768
Sinónimo: Anchusa italica Retz, 1779

9-Mayo-2015.
Cautividad. Europa, España, Madrid, Corredor del Henares, Alcalá de Henares, Campus de la Universidad de Alcalá, Real Jardín Botánico Juan Carlos I.
Leg: Isidro Martínez. Det: Botánico de Alcalá.

Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae.
Filum: Spermatophyta.
Clase: Magnoliopsida.
Orden: Lamiales.
Familia: Boraginaceae.
Subfamilia: Boraginoideae.
Género: Anchusa.
Especie: Anchusa azurea.

La buglosa es una planta herbácea perenne de vida corta (generalmente bienal), que alcanza hasta un metro y ochenta centímetros de altura. Sus tallos erectos se ramifican desde la base pero sólo a partir del segundo año de vida, pues durante el primero la planta no tiene tallo. Toda la planta se halla cubierta de una vellosidad rígida y áspera, con pelos más largos y densos cuanto más cerca estén de la base de la planta. Las hojas caulinares son alternas, sésiles y lanceoladas, de hasta dieciocho centímetros de longitud y cuatro y medio de anchura, las basales forman una roseta y son pecioladas y oblongo-lanceoladas o con forma de lengua, de hasta cuarenta centímetros de longitud y cinco de anchura. La inflorescencia es una cima con pequeñas brácteas, con pedúnculos florales de color morado y con flores de un vistosísimo color azul eléctrico, que le dan su nombre de azurea a la especie. Cada flor, de hasta dos centímetros y medio de diámetro, está formada por cinco pétalos redondeados e iguales, soldados en su base, la cual forma un tubo largo y estrecho de hasta ocho milímetros de longitud, que permite distinguir a esta especie de otras del mismo género. Florece desde finales de primavera hasta mediados de verano. El fruto consiste en un grupo de tres o cuatro aquenios cubiertos de pequeñas verrugas. Tras florecer y fructificar, la planta muere.

Se distribuye por el centro, oeste y sur de Europa, el norte de África y el oeste de Asia, y se ha naturalizado en el norte de Europa. Habita en márgenes de caminos, campos de cultivo y terrenos baldíos, sobre suelos húmedos pero bien drenados, generalmente calcáreos, desde el nivel del mar hasta los dos mil metros de altitud.