Gavialis gangeticus

Gavialis gangeticus Gmelin, 1789

14-Agosto-2013.
Cautividad. Europa, República Checa, Praga, Zoo de Praga.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.

Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Chordata.
Clase: Sauropsida.
Orden: Crocodylia.
Suborden: Eusuchia.
Superfamilia: Gavialoidea.
Familia: Gavialidae.
Subfamilia Gavialinae.
Género: Gavialis.
Especie: Gavialis gangeticus.

El gavial, única especie actual de su género, es el más extraordinario y característico de los cocodrilos vivientes. Puede medir hasta un máximo de siete metros de longitud y pesar poco menos de una tonelada, siendo las hembras más pequeñas que los machos. Se han encontrado fósiles de especies extintas de gaviales que han llegado a medir hasta diecisiete metros. Actualmente ya no existen ejemplares tan grandes ya que todos los ejemplares de gran tamaño solían ser abatidos a disparos en el pasado, aun así el cocodrilo marino (Crocodylus porosus) es la única especie que actualmente supera en tamaño al gavial. Su coloración es de pardo oscura a pardo verdosa por su parte superior y de blanco a cremoso por la inferior, y los juveniles poseen bandas oscuras transversales en la cola y parte del cuerpo, que van desapareciendo con la edad. Su característica más llamativa es un hocico inusualmente largo y delgado, con entre ciento seis y ciento diez dientes muy finos y afilados, una perfecta adaptación a su dieta casi exclusivamente piscívora. En el macho adulto, este hocico termina en una especie de gruesa protuberancia cartilaginosa en la zona donde están los orificios nasales, de la cual carecen las hembras y los juveniles. Este bulto es en realidad una cámara de resonancia utilizada durante el cortejo. En los animales viejos, el hocico se va volviendo cada vez más ancho y corto. Sus ojos saltones sobresalen mucho por encima de la cabeza. El cuerpo y patas no ofrecen ninguna particularidad, siendo semejantes a los de los demás cocodrilos y caimanes, aunque el cuerpo es algo más cilíndrico. Su cola es larga y lateralmente aplanada, y las patas traseras son palmeadas. En tierra, el gavial sólo puede desplazarse arrastrándose sobre el vientre, a diferencia de algunos cocodrilos que pueden levantarse sobre sus patas. Sus escamas son lisas, a diferencia de la mayoría de cocodrilos y caimanes.

El falso gavial (Tomistoma schlegelii) es la única especie que se podría confundir con el gavial, ya que también tiene un morro largo y delgado, aunque mucho menos que el gavial. Las dos son las únicas especies vivientes de la familia Gavialidae.

Habita en los ríos de corriente rápida y de aguas claras del norte de la India y Nepal, dividiéndose en cuatro poblaciones muy aisladas. En el pasado se distribuía desde el río Indus en Pakistán hasta el río Ayeyarwaddy en Birmania. Pasa mucho más tiempo en el agua que las demás especies de cocodrilos y caimanes. Se alimenta casi exclusivamente de peces, ocasionalmente de aves acuáticas y pequeños mamíferos, y las crías también consumen renacuajos, crustáceos y larvas acuáticas de insectos. La época de reproducción, de unos dos meses, coincide con la época seca, cuando gran parte del lecho del río queda expuesto. Con su cámara de resonancia situada en la punta del hocico, el macho amplifia los zumbidos producidos por sus fosas nasales que se pueden oír hasta a un kilómetros de distancia, atrayendo así a las hembras, también produce burbujas con ella. Cuando la hembra encuentra un macho, se frotan los hocicos y la hembra guía al macho a su territorio. La hembra mostrará que está lista para la cópula alzando la cabeza hacia el cielo, y el macho trepará entonces encima de la hembra. La cópula tiene lugar bajo el agua y dura una media hora. Anida en las orillas arenosas estacionalmente expuestas en tramos de curso lento de ríos medianos y grandes. El nido tiene cerca de medio metro de profudidad y se sitúa a entre tres y cinco metros del agua. Las hembras guardan los huevos por la noche durante unos sesenta días mientras el calor del sol los incuba por el día, cuando la hembra está en el agua no lejos del nido. Es frecuente que los gaviales usen las mismas playas tradicionalmente generación tras generación. Las hembras son extremadamente territoriales cuando guardan sus huevos, pero pueden tolerar a otras hembras incubando en la misma playa mientras no se acerquen demasiado a su nido. Las crías, al nacer, miden unos dieciocho centímetros de longitud, y la madre (posiblemente también el padre) excavan el nido para ayudarlas a salir, aunque a diferencia de otros cocodrilos, son incapaces de tomar a sus crías en la boca y llevarlas hasta el agua. La madre protegerá a sus crías durante largo tiempo, hasta la vuelta del monzón en la que la subida de las aguas dispersará a las crías. Las hembras alcanzan la madurez sexual a los ocho años y los machos a los quince, cuando el bulto de su hocico comienza a desarrollarse.

Se halla en el mismísimo borde de la extinción absoluta, calculándose una población mundial de menos de doscientos ejemplares, que siguen disminuyendo día a día a causa principalmente de la construcción de presas que altera la estacionalidad de los ríos, necesaria para su reproducción, así como la sobrepesca excesiva practicada por los habitantes de su área nativa, que deja sin presas a este animal. El desvío de aguas para riego es igualmente dañino, dejando secos temporalmente algunos ríos por lo que el gavial no puede sobrevivir, ya que a diferencia de otros cocodrilos, es incapaz de trasladarse a otra masa de agua cuando aquella en la que vive se seca. El uso de la "ghara" (excrecencia de la nariz de los machos adultos), el pene y la grasa del gavial en la medicina tradicional nepalesa ha sido una grave amenaza directa y todavía se reporta ocasionalmente en la actualidad, considerando que pueden quedar menos de veinte machos adultos en libertad en todo su territorio, esta es una amenaza importante. Por si todo ello no bastase, existe un megaproyecto que pretende inerconectar todos los grandes ríos de la India, lo que resultará catastrófico para toda la vida acuática. En cautividad han nacido miles de jóvenes gaviales que han sido reintroducidos en sus hábitats naturales, pero el resultado no ha sido nada esperanzador ya que al continuar y aumentar los mismos factores de amenaza estos animales reintroducidos ya estaban condenados de antemano, como demuestra el gran descenso del número de nidos a lo largo del tiempo incluso en espacios protegidos.

Ejemplares del Zoo de Praga:



Ejemplar del Zoo de San Diego:

Interesante especie, los de tu foto parecen de plástico. Menuda explicación que has hecho.

Da gusto cuando uno encuentra tanta informacion por la red.
No has publicado ninguna ficha mientras, no? He tardado tanto en hacerla que quizas ya no me aparezcan los mensajes nuevos.

No, hoy no he podido, pero voy a publicar un par en un ratito.

En el Zoo de Bronx: