Coraebus florentinus

Coraebus florentinus (Herbst, 1801)

14-Junio-1984.
Europa, España, Cataluña, Gerona.
Leg: desconocido. Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filo: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Coleoptera.
Suborden: Polyphaga.
Superfamilia: Buprestoidea.
Famila: Buprestidae.
Subfamilia: Agrilinae.
Género: Coraebus.
Especie: Coraebus florentinus.

Este es uno de los insectos más hermosos de la península Ibérica, aunque la foto no le haga justicia por ser un viejo ejemplar de colección, dada la escasez de esta especie jamás he tenido la oportunidad de hacer foto a uno en vivo. Es un bupréstido de entre trece y dieciocho milímetros de longitud corporal y unos cinco milímetros de anchura, de color verde y azul metalizado con dos bandas zigzagueantes de pruina más clara en la mitad apical de los élitros, delimitadas por bandas de color azul metálico oscuro. Las hembras son algo más voluminosas que los machos, y sus antenas son más cortas en proporción al cuerpo. Su larva mide unos tres centímetros de longitud y es de color blanco amarillento, con la típica forma de las larvas de bupréstido: un tórax muy ensanchado y el resto del cuerpo estrecho y alargado. En el último segmento abdominal posee dos pinzas cada una de las cuales está armada de cinco dientecillos en su parte interna, un carácter que permite diferenciar a esta especie de otras del mismo género. La crisálida es de color blanquecino con ojos rojizos.

Se distribuye ampliamente por el Mediterráneo, y habita en encinares y alcornocales, y en menor grado en robledales y quejigares, prefiriendo los bosques abiertos y las zonas con pies aislados de quercíneas en lugar de los bosques densos. Es un amigo del bosque que ayuda a reciclar las quercíneas débiles y enfermas transformándolas en un bosque sano, favoreciendo así y robusteciendo a los ejemplares sanos. Sus beneficiosas larvas provocan la muerte de las ramas enfermas de robles, alcornoques, quejigos y encinas, creando así el hábitat idóneo para las variadas y fabulosas formas de vida que dependen de este medio y evitando así que el bosque de encinas y alcornoques sea un desierto verde o un jardín vacío. Este raro insecto ayuda a que la naturaleza sea naturaleza y no el campo de golf que se cuela en la mente humana como prototipo de espacio natural idóneo. La hembra fecundada pone sus huevos de forma aislada o en pequeños grupos en las ramas de estos árboles, y las larvas que nacen de ellos excavan una galería que puede superar un metro de longitud. En la siguiente primavera, la larva consume un anillo alrededor de la rama, cortando la circulación de la savia y provocando la muerte de la rama. En ese momento excava la cámara pupal, y el mago emerge en junio o julio. Una vez como imago, apenas vive una semana, y se alimenta entonces de las hojas.

Asi me gusta, atacando a los desiertos verdes.

Jeje, igual se me ha salido un poco la vena ecologística, pero me ha fastidiado mucho que de un ser tan raro que nunca he visto vivo y que es de mis deseados (cualquiera del género), todas las referencias que he encontrado en Google, salvo una tipo fotonatura o similar, eran sobre los daños que causaba en los alcornoques, su control, sus estudios poblacionales, etc... todos lo llamaban plaga o problema. Si fuera la procesionaria, que es tan abundante, es lógico, pero que seres tan míticos como Coroebus o la Saperda carcharias sean calificados de plaga....
Por eso he querido hacer esta ficha defendiéndolo de esas ideas generalizadas