Cirsium vulgare

Cirsium vulgare (Savi, 1798) Tenore, 1835-1836

16-Agosto-2010.
Europa, España, Aragón, Huesca, Pirineos, Jacetania, Selva de Oza, en una pradera cercana a un bosque.
Leg: Isidro Martínez. Det: Tig et Michael Frankis.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae.
Filum: Anthophyta.
Clase: Magnoliopsida.
Orden: Asterales.
Familia: Asteraceae.
Subfamilia: Carduoideae.
Género: Cirsium.
Especie: Cirsium vulgare.

El arquetipo de todos los cardos, es una especie bienal (raramente anual o perenne de vida corta), rizomatosa, sin características muy peculiares, es bastante pequeño, midiendo normalmente unos treinta centímetros de altura, aunque en situaciones excepcionales puede alcanzar hasta dos metros. Los tallos se ramifican en la mitad superior, y están recorridos en toda su longitud por alas espinosas. Las hojas son profundamente lobuladas, y están llenas de afiladas espinas cortas y desiguales. Las hojas basales son pecioladas, oblanceoladas y se disponen en roseta, las hojas caulinares son sésiles, de base decurrente, más profundamente lobuladas que las basales. El envés de las hojas está recubierto de un tomento blanquecino. Sus cabezuelas florales son sésiles, cada una posee un involucro acampanado de dos a cuatro y medio centímetros de diámetro, con brácteas de espinas muy largas y verdes. Del involucro emergen las flores rosadas, tubulares, de dos y medio a tres centímetros de longitud, con los cinco pétalos divididos casi hasta la mitad. El fruto es una cipsela de unos cuatro milímetros de longitud, a menudo moteada de negro, provista de un papo caedizo de pelos plumosos de hasta dos centímetros y medio de longitud, dispuestos en varias filas.

Esta planta es nativa de Europa, norte de África y Asia, llegando por el este hasta Rusia y la provincia china de Xinjiang, y es también una exótica invasora en Norteamérica. Es una planta nitrófila que gusta de suelos degradados como cunetas, escombreras, márgenes de caminos y zonas de labor. Vive en terrenos fértiles y húmedos, y evita los suelos ácidos. Los tallos pelados y los receptáculos florales carnosos se pueden cocinar como verdura. Ha de tenerse en cuenta, sin embargo, que los cardos acumulan nitratos, y si se consumen en gran cantidad pueden resultar tóxicos.