Carcinus maenas

Carcinus maenas (Linnaeus, 1758)

12-Octubre-2007.
Europa, España, Aragón, Zaragoza, Mercazaragoza, caminando suelto en las cercanías de una industria de productos del mar.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filo: Arthropoda.
Clase: Crustacea.
Orden: Decapoda.
Suborden: Pleocyemata.
Superfamilia: Portunoidea.
Familia: Portunidae.
Subfamilia: Carcininae.
Género: Carcinus.
Especie: Carcinus maenas.

El cangrejo verde es la especie tipo de las dos que conforman el género Carcinus. Es un cangrejo típico, con un caparazón trapezoidal de hasta nueve centímetros de anchura y seis de longitud, de textura ligeramente granulosa y de color pardo a verde oliváceo oscuro, con manchas más claras en un patrón simétrico en los ejemplares juveniles, que van desapareciendo en los adultos. Los ejemplares más pequeños son de tonalidad muy clara, incluso a veces blanquecinos. La zona ventral es amarillenta y siempre mucho más clara que la dorsal. Las patas y pinzas habitualmente están teñidas en gran parte de anarajado oscuro intenso. Entre los ojos posee tres grandes dientes en el borde del caparazón, a los que se suman cinco dientes más a cada lado del borde más allá de los ojos, todos ellos dirigidos hacia delante. Las pinzas son fuertes, sin espinas ni quillas. Los dos primeros pares de patas marchadoras (sin incluir las pinzas) son los más largos, mientras que las patas del último par son las más cortas y las más anchas y aplanadas, provistas de una orla de pelos en el borde para ayudar a la natación, no obstante el último segmento es corto, puntiagudo y estrecho, no ensanchado como una pala como sucede en otros portúnidos.

Es uno de los cangrejos más comunes en el Atlántico nororiental, de donde es endémico, incluyendo el Mar Báltico. No penetra en el Mediterráneo, pero es una especie invasiva introducida exitosamente en las costas de todos los continentes: lados atlántico y pacífico de Norte y de Sudamérica, Sudáfrica, aguas japonesas, sur de Australia y costas de Nueva Zelanda. La introducción de esta especie ecolóigicamente dañina se debe, como siempre, a la actividad humana. Aunque prefiere las ensenadas, estuarios y puertos con cierto aporte de agua dulce, puede vivir en aguas poco profundas en todo tipo de hábitats, de preferencia con fondos fangosos o arenosos para enterrarse en el sustrato ante un peligro. Tolera un gran rango de temperaturas (de cero a treinta grados centígrados) y de salinidad, pero no tolera las aguas profundas y como máximo aparece a doscientos metros de profundidad. Se alimenta de diversos animalillos vivos o muertos, como moluscos, anélidos y pequeños crustáceos. Su impacto depredador ha provocado el descenso poblacional de bivalvos nativos y criaderos en los lugares donde ha sido introducido, y la especie está incluida en el catálogo mundial de las cien especies invasivas más dañinas. En verano, poco antes de que la hembra mude el caparazón, el macho se adosa a ella durante varios días, esperando a la muda de su compañera. Una vez la hembra muda, el macho puede copular, aprovechando el nuevo exoesqueleto blando de la hembra. Una vez fecundada, la hembra excava un hueco en la arena donde deposita sus huevos, cuando la puesta está completa recoge la masa de huevos con sus patas y la coloca entre su abdomen y su caparazón, acarreándola durante algunos meses hasta que los huevos eclosionan dando lugar a larvas que se dispersan y forman parte del plancton marino.

Vaya!, cangrejos marinos en plena Zaragoza, debe de ser gratificante encontrarse con estos bichillos en una zona sin mar.

Pues sí, hubiera podido poner "Cautividad", pero no sería correcto. En ese tiempo yo trabajaba en una nave de productos del mar y el ejemplar de la primera foto estaba paseándose cerca de la entrada. Fue justo un día antes de que empezásemos a recibir cargamentos de esta especie.

El ejemplar de la segunda foto lo encontré en una playa francesa, y se enterró en la arena con una celeridad tal que sólo pude tomarle una foto, la siguiente foto ya era una foto al fango donde no se vislumbraba parte alguna del cangrejo que se escondía allí.