Anomala quadripunctata

Anomala quadripunctata (Olivier, 1789)

2-Diciembre-2011.
Cautividad. Europa, España, Aragón, Zaragoza, en una colección particular. Ejemplares capturados en Covaleda (Soria) en 1982.
Leg: Isidro Martínez. Det: Ernesto Navarro.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Coleoptera.
Suborden: Polyphaga.
Superfamilia: Scarabaeoidea.
Familia: Rutelidae.
Subfamilia: Rutelinae.
Género: Anomala.
Especie: Anomala quadripunctata.

Este escarabajo, de unos trece milímetros de longitud corporal, presenta una forma ovalada, rechoncha y compacta y una coloración muy oscura con reflejos metálicos, normalmente verdosos, visibles únicamente desde ciertos ángulos de iluminación. La cabeza presenta un clípeo algo convexo y un par de antenas de color castaño rojizo, con una maza en su extremo formada por tres lamelas. El pronoto tiene forma trapezoidal, con los bordes externos convexos, y su puntuación es muy fina y regular, frecuentemente los márgenes externos del pronoto poseen amplias marcas de color pardo pálido. Los élitros son notablemente más anchos que el pronoto y están profundamente estriados. Las patas son espinosas, con las dos uñas desiguales entre sí y de ápice bifurcado. La parte superior del animal es glabra, pero las patas y la parte inferior son densamente vellosas. La larva, con forma de C y de color blanco con la cápsula cefálica marrón, es la típica de todos los escarabeoideos, y mide hasta treinta y dos milímetros de longitud.

Esta rara especie se encuentra en dunas costeras en Marruecos y en el sur de la Península Ibérica, y más escasamente, en algunas zonas de suelo arenoso del interior peninsular, llegando por el norte hasta las zonas bajas de los Pirineos. Sus larvas crecen durante dos años bajo la arena, a entre treinta y cuarenta centímetros de profundidad, alimentándose de raíces de gramíneas, en especial de las especies costeras como Ammophila arenaria y Leymus arenarius. La crisálida permanece protegida por la última muda de la larva. Los imagos aparecen de marzo a agosto, y cuando están recién emergidos sus élitros son casi blancos, mientras que el resto del cuerpo posee la coloración definitiva. Son de actividad crepuscular, y frecuentemente resultan atraídos por las luces.