Heliaster solaris

Heliaster solaris A. H. Clark, 1920

27-Julio-2019.
Cautividad. América, Norteamérica, Estados Unidos, Nueva Inglaterra, Massachusetts, Suffolk, área metropolitana de Boston, Cambridge, Campus de la Universidad de Harvard, Museo de Historia Natural de Harvard.
Leg: Isidro Martínez. Det: Harvard Museum of Natural History.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Echinodermata.
Clase: Asteroidea.
Orden: Forcipulatida.
Familia: Heliasteridae.
Género: Heliaster.
Especie: Heliaster solaris.

Esta estrella de mar podía medir hasta siete centímetros y medio de envergadura de brazos. Poseía entre veintidós y veinticuatro brazos cilíndricos y alargados, que se atenuaban en las puntas. Los brazos eran un tercio más largos que el diámetro del disco. Cada brazo estaba recorrido por hileras dorsales de espinas más largas y más comprimidas que las espinas más laterales. La punta de cada brazo poseía manchas oculares, cada una conteniendo de ochenta a doscientos ocelos. Las espinas, los pedicelarios y la placa madrepórica eran de color amarillento pálido. Los ejemplares juveniles comenzaban teniendo tan sólo cinco brazos, y su número se iba incrementando con la edad del animal.

Vivió en las aguas cercanas a la isla de Española, en las Islas Galápagos, de donde era estrechamente endémica, y siempre había sido poco común. Habitaba en fondos rocosos poco profundos. No se ha vuelto a encontrar viva desde 1983 y se presume que se ha extinguido a causa de eventos climáticos, en particular el fenómeno de El Niño de ese mismo año, que incrementó la temperatura del agua de la zona, paralizando la producción de plancton y sustituyendo los arrecifes coralinos y de macroalgas de la zona por masas de algas incrustantes fuertemente pastadas por erizos de mar, muy pobres en biodiversidad. Siete especies de macroalgas y un pequeño pez azul endémicos de las islas Galápagos también se extinguieron por el mismo evento. Esta estrella de mar se alimentaba de esponjas, anémonas de mar, moluscos, gusanos marinos, crustáceos y equinodermos, y detectaba a sus presas principalmente mediante el tacto y por las emisiones químicas.