Culicia parasita

Culicia parasita (Michelin, 1847) Chaix et Chazuac, 2005
Sinónimos: Cryptangia intermedia D'Orbigny, 1852, Lithodendron parasitum Michelin, 1847, Cryptangia parasita (Michelin, 1847) Milne-Edwards et Haime, 1849

12-Agosto-2015.
Cautividad. Europa, Francia, Países del Loira, Maine y Loira, Angers, Rue Jules Guitton, Muséum des Sciences Naturelles d'Angers.
Coordenadas: 47°28′25″N, 0°32′47″O.
Ejemplares recolectados en Doué-la-Fontaine (Francia) por el Dr. Olivier Couffon.
Leg: Isidro Martínez. Det: Museo de Historia Natural de Angers (como Cryptangia intermedia).


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Cnidaria.
Clase: Anthozoa.
Orden: Scleractinia.
Suborden: Faviina.
Familia: Astrangiidae.
Género: Culicia.
Especie: Culicia parasita.

Era un coral pétreo extinto, que formaba colonias reptantes de zooides separados unos de otros, unidos mediante estolones. Poseía un esqueleto compacto cubierto por una epiteca. Cada cáliz poseía veinticuatro septos, muy finos y suavemente dentados en los bordes distales, que se reunían en el centro del cáliz formando una columela papilosa, rudimentaria y reducida al mínimo. Los cálices medían entre uno y medio y cinco milímetros de diámetro, y carecían de costillas. Este coral formaba colonias muy curiosas, siempre integradas dentro de las colonias del briozoo Celleporiana palmata. Estas colonias de dos especies tenían un gran núcleo formado por el esqueleto muerto del briozoo, y una superficie externa formada por agujeros visibles a simple vista, donde vivían los corales, y por agujeros casi microscópicos, donde vivían los briozoos. En los fósiles que se han hallado de este coral, los cálices suelen haberse desintegrado, dejando agujeros en la matriz del esqueleto del briozoo.

El género Cryptangia se diferencia por que sus septos son gruesos y fuertemente dentados, y la columela es grande y está bien desarrollada.

Vivió durante el Plioceno y el Mioceno, hace entre veintitrés y dos millones de años, en las aguas someras y arrecifes coralinos del Mediterráneo, especialmente el occidental. A pesar de su epíteto específico parasita, este coral no era parásito, sino que formaba una simbiosis con el briozoo en el que habitaba. El coral carecía de zooxanthelas que le ayudasen a fabricar alimento. Este briozoo podía perfectamente vivir sin el coral, pero el coral no podía vivir sin el briozoo. Formaba unas comunidades muy peculiares, mezclándose con el briozoo huésped y a su vez siendo fuertemente infestado por el cirrípedo parásito Megatrema anglicum, los cuales sofocaban a este coral haciéndole producir expansiones laterales.

Curiosa simbiosis, no la conocía, pero ¿que beneficios le da el briozoo al coral?

Lo ignoro. Quizás segregase alguna sustancia química imprescindible para su crecimiento o algo así. Lo único que he podido hallar, en un par de fuentes de información usadas para elaborar la ficha, es que este coral formaba una simbiosis con el briozoo, pero esas fuentes no especificaban en qué consistía esa simbiosis.