Coranus aegyptius

Coranus aegyptius (Fabricius, 1775)

26-Marzo-2015.
Europa, España, Islas Canarias, provincia de Santa Cruz, Tenerife, Macizo Central, Valle de Güimar, Güimar, en un solar a las afueras de la ciudad.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Hemiptera.
Suborden: Prosorhyncha.
Superfamilia: Reduvioidea.
Familia: Reduviidae.
Subfamilia: Harpactorinae.
Género: Coranus.
Especie: Coranus aegyptius.

Los ejemplares adultos de este chinche alcanzan entre nueve y diez milímetros de longitud corporal. La coloración de su cuerpo varía de pardo grisáceo a gris oscuro. Sin embargo, la parte dorsal del abdomen es de vivo color escarlata, lo que sólo es visible cuando las alas están abiertas. Las alas anteriores cubren totalmente el abdomen, salvo los laterales (conexivo) que son ajedrezados. La cabeza de este insecto tiene una forma algo redondeada, y bajo ella guarda una robusta probóscide fuertemente curvada hacia abajo, dividida en tres segmentos. Este rostro o probóscide puede producir un sonido cuando se roza contra un surco longitudinal en el tórax. La distancia entre los ojos y la base de las antenas es la misma que entre los ojos y la parte posterior de la cabeza. El cuarto segmento antenal tiene la misma longitud que el primero. El escutelo tiene una quilla amarilla que remata en una espina roma al final. Los fémures anteriores son fuertes y oscuros, con las rodillas anchas y de color más claro.

Esta especie de chinche asesino se halla ampliamente distribuida por toda la región Mediterránea, llegando por el norte hasta las faldas meridionales de los Alpes, por el este hasta Irán y Turquía y por el sur hasta el Senegal y el Chad, y se encuentra también en las islas Canarias y Cabo Verde. Puede encontrarse en árboles, arbustos, vegetación herbácea o en el suelo, donde, inmóviles, esperan pacientemente el paso de sus presas. Cuando capturan un insecto, lo paralizan y matan con su probóscide, que produce unas enzimas que disuelven el contenido interno de su víctima, para que el chinche pueda alimentarse. Las ninfas sufren cinco mudas hasta alcanzar la madurez. Esta especie puede invernar lo mismo cono ninfa que como adulto.