Agave sisalana

Agave sisalana Perrine ex Engelmann, 1875

18-Junio-2008.
Cautividad. Europa, España, Aragón, Zaragoza, cultivada en mi terraza. Planta obtenida del Botánico de Barcelona el 5 de marzo de 2004.
Leg: Isidro Martínez. Det: Botánico de Barcelona.

Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae
Filum: Spermatophyta.
Clase: Liliopsida.
Orden: Asparagales.
Familia: Asparagaceae.
Subfamilia: Agavoideae.
Género: Agave.
Especie: Agave sisalana.

El llamado "Sisal" es una especie de pita con grandes rosetas de hasta dos metros de diámetro, que pueden ser acaules o situarse sobre un tallo erecto de hasta un metro de altura. Sus hojas, muy semejantes a espadas, son rígidas y muy rectas, midiendo hasta un metro y medio de longitud y nueve centímetros de anchura. Las plantas jóvenes tienen hojas glaucas y cuyos bordes están provistos de diminutos dientes, pero conforme las plantas maduran, las hojas se vuelven verde oscuro y carecen de dientes. Cada hoja está rematada por una espina recta de hasta dos centímetros y medio de longitud, de color castaño oscuro. Hacia los veinticinco años de edad, la planta florece. La inflorescencia es una panícula erecta de hasta seis metros de altura, con hasta veinticinco ramificaciones umbeliformes situadas en su parte superior, las cuales las flores tubulares amarillo-verdosas de hasta seis centímetros y medio de longitud. Tras florescer, la planta muerte, y por lo general no produce semillas ni frutos, sino que en su lugar la inflorescencia marchita se llena de pequeñas plántulas que aseguran una muy eficaz reproducción vegetativa.

Originaria de la península de Yucatán, en México, donde se encuentra el puerto llamado Sisal, que dio su nombre vulgar a la planta debido a que era el principal punto de exportación de sus hojas y fibras. Actualmente, las poblaciones salvajes han desaparecido y sólo se conoce en cultivo (o asilvestrada fuera de su lugar de origen). Es una de las Agave más conocidas y cultivadas, principalmente para la extracción de su dura y resistente fibra textil ("cuerda de pita"). Sin embargo es una especie extremadamente invasiva y produce graves daños en los climas benignos, por ejemplo en Madagascar, Kenya y Tanzania, junto con otras plantas exóticas como chumberas y otros cactus, ahoga y destruye la frágil vegetación autóctona.