Hemiplecta distincta

Hemiplecta distincta (Pfeiffer, 1850)

Marzo-2001.
Asia, Camboya.
Leg: Juan Pablo Martínez. Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Mollusca.
Clase: Gastropoda.
Orden: Stylommatophora.
Suborden: Sigmurethra.
Superfamilia: Helicarionoidea.
Familia: Ariophantidae.
Subfamilia: Ariophantinae.
Género: Hemiplecta.
Especie: Hemiplecta distincta.

Es uno de los caracoles terrestres más grandes de Asia, con una concha que mide hasta nueve centímetros de diámetro y cinco de altura, formada por seis vueltas moderadamente convexas que forman una espira poco elevada. La concha suele ser leonada o castaño oscura (raramente casi negra), brillante y bruñida, y de tonalidad uniforme salvo por una banda espiral más clara, algo difuminada, que recorre la periferia de la concha. La escultura de la concha es rugosa, más densa en su parte superior, más fina y regular en la base. La boca o peristoma es plana y ovalada, con los labios no engrosados, la columela refleja en la base pero sin llegar a cubrir el ombligo. El cuerpo del animal vivo es grande y musculoso, de color uniformemente ocre, con un conspicuo margen muy liso en la periferia, bien distinguido de la superficie dorsal granulosa. La glándula mucosa es más pequeña que en algunas otras especies del género.

Se distribuye ampliamente por el sudeste asiático, siendo una especie bien conocida en las tierras bajas de Siam, Vietnam, Laos, Tailandia y especialmente Camboya, donde es frecuentemente recolectado por los locales para el consumo de su carne. Se divide en diversas variedades o subespecies que varían en su tamaño, coloración y la anchura de su ombligo. Su dieta está constituida parcialmente por hongos, que forman una parte imprescindible de la misma. La época de cría tiene lugar en la estación seca. Tras la cópula, este caracol pone unos ciento cincuenta huevos blancos y esféricos en el suelo, entre la hojarasca y el musgo, sin enterrarlos. Las propiedades dermoprotectoras del mucus de este caracol parecen ser 30 veces mejores que las de los caracoles comunes habitualmente empleados para estos fines.

Y no serán esas mismas conchas? No te las di yo, no? Mi padre me trajo de Camboya el ejemplar grande, encontrado ya muerto y blanqueado, y el pequeño vivo, que estuvo un tiempo en un terrario. Lástima no tener cámara de fotos en aquella época, pues hubiera podido hacer una foto al animal vivo.