Harpa davidis

Harpa davidis Rőding, 1798

11-Marzo-2008.
Cautividad. Europa, España, Aragón, Zaragoza, comprado en una puesto callejero de conchas, en la década de los 90.
Leg: Isidro Martínez. Det: Isidro Martínez.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Animalia.
Filum: Mollusca.
Clase: Gastropoda.
Orden: Neogastropoda.
Superfamilia: Muricoidea.
Familia: Harpidae.
Subfamilia: Harpinae.
Género: Harpa.
Especie: Harpa davidis.

Este caracol marino posee una concha de entre seis y doce centímetros de longitud en los ejemplares adultos. Su concha es muy inflada y voluminosa, por lo general lisa y brillante, de color pardo pálido a pardo rojizo, y fuertemente marcada por prominentes costillas axiales. Como en todas las harpas, los espacios intercostales están adornados por hermosas cenefas de finas líneas blancas y pardas que forman lóbulos regularmente dispuestos de líneas concéntricas. La cara ventral de la vuelta principal suele mostrar dos o tres grandes parches de color pardo oscuro, aunque también hay ejemplares con toda la cara ventral oscura. La boca o peristoma es amplia. El animal vivo posee un amplio pie de coloración similar a la de la concha, profusamente moteado, dos tentáculos muy largos y finos con los ojos situados en su base, y un largo sifón tubular, también jaspeado o anillado de pardo claro y oscuro.

Esta especie se distribuye únicamente por el océano Índico oriental. Vive en las aguas tropicales a entre cinco y doscientos cincuenta metros de profundidad, sobre fondos arenosos o limosos. Usando su gran pie musculoso se entierra completamente en el sustrato, empujando con la concha perpendicular al mismo, y volviéndola a poner horizontal una vez de ha enterrado completamente, dejando visible únicamente el sifón. Es un animal depredador que se alimenta de pequeños cangrejos del lecho marino, inmovilizándolos con su cuerpo envolviendo los lados superior e inferior del cangrejo, y segregando un mucus que combinado con la arena que se pega en él, mata al cangrejo por asfixia. Tras devorar la carne del interior del cangrejo, abandona las cáscaras vacías. Este caracol es famoso por la capacidad de desprenderse de una buena parte de su pie voluntariamente, si se ve atrapado, para conseguir huir. La parte perdida vuelve a regenerarse con el tiempo, de un modo análogo a la cola de las lagartijas.