Daphne tangutica

Daphne tangutica Maximowicz, 1881

24-Julio-2019.
Cautividad. América, Norteamérica, Nueva Inglaterra, Massachusetts, Suffolk, Boston, Arboreto de Arnold.
Leg: Isidro Martínez Det: Arnold Arboretum.


Dominio: Eukaryota.
Reino: Plantae.
Filum: Spermatophyta.
Clase: Magnoliopsida.
Orden: Malvales.
Familia: Thymelaeaceae.
Género: Daphne.
Especie: Daphne tangutica

Es un arbusto perennifolio de crecimiento lento, que alcanza hasta dos metros y medio de altura y similar extensión, formando una masa compacta y redondeada. Sus ramas son de color verde amarillento cuando jóvenes, volviéndose grisáceas, marrones o de color vinoso (dependiendo de la variedad) cuando envejecen. Sus hojas son alternas, coriáceas, oblongas o lanceoladas, y de color verde oscuro, de dos a diez centímetros de longitud (a la que se suma un peciolo diminuto, de un milímetro de longitud) y de medio a tres centímetros de anchura, con la base cuneada o decurrente, el margen entero (en ocasiones revoluto) y el ápice de obtuso a acuminado dependiendo de la variedad. En primavera e inicios de verano produce capítulos terminales de entre tres y doce flores muy intensamente fragantes, situadas sobre pedúnculos de un milímetro de longitud y formadas por cuatro pétalos puntiagudos, blancos por la cara interna y rosados o purpúreos por la externa, soldados en su parte inferior formando un tubo cilíndrico de nueve a quince milímetros de longitud, así como ocho estambres dispuestos en dos círculos, con anteras oblongas apenas exertas, y un estilo corto con el estigma dividido en cuatro cortos lóbulos. A las flores les siguen drupas rojas globosas u ovaladas, de seis a diez milímetros de longitud, que maduran un mes después de la floración.

Es nativo del Tíbet, el noroeste de China templada, Bután, el norte de Birmania y posiblemente también en Taiwán. Es una especie forestal, por lo que no suele crecer en lugares expuestos y prefiere situarse a semisombra, no obstante, en cultivo soporta bien el pleno sol. Crece a entre mil y tres mil ochocientos metros de altitud, en suelos fértiles, bien drenados, neutros o ácidos. Sus flores son atractivas para las abejas y otros insectos polinizadores. Todas las partes de la planta son tóxicas, como es habitual en este género.